sábado, 15 de mayo de 2010

EL HOMBRE Y SU ROBOT


Sinopsis:Después de un sumarísimo juicio de los Grandes Lores representando a los ciento catorce planetas de la Liga de Sistemas, el comandante de brigada astronáutica, Alan Cardax, es desterrado por su crimen, al planeta desierto S. 5-4-5-14.

Sin armas, alimentos ni herramientas, que le sirvan para hacer más llevadera su existencia, deberá permanecer sólo hasta el día de su muerte, sin ninguna compañía humana ni posibilidad de comunicarse con nadie.

La joven Selene, apenas diecisiete años, fue la única persona que se había manifestado en el juicio, proclamando airadamente su inocencia, pero sin hacer caso de sus gritos de protesta fue sacada a la fuerza de la sala, siendo desoídas por el Alto Tribunal sus reiteradas quejas.

Los años pasaron en la más absoluta y cruel soledad para Ardax, mientras se acostumbraba a su solitaria vida en el lejano mundo al que había sido desterrado. Buscó una región templada donde aposentarse y una cueva para refugiarse. Aprendió a cazar y se alimentó de los vegetales comestibles que le rodeaban en abundancia. Logro construir instrumentos con afiladas piedras, primero un cuchillo y un hacha y ya más tarde una lanza que usaba para cazar animales, incluso un arco y flechas. Pero la soledad era terrible y le aplastaba como una pesada losa, hasta que un día para su sorpresa diviso una figura humana caminando lentamente por la llanura. Corrió hacia él ansiosamente, y al llegar a su lado el hombre se detuvo y ante su asombro contestó a su saludo por su nombre.

Era un robot, I.a.k.o. 70-411, enviado por Selene, la única persona que salió en su defensa durante el, ahora ya, lejano juicio anterior a su destierro. La nave que lo lanzó en una cápsula automática de aterrizaje hacía semanas que había abandonado las inmediaciones del planeta, por lo que sus esperanzas de huida se desvanecieron.

Seis meses más tarde, mientras conversaba con Iako al tiempo que trabajaba el metal en un improvisado yunque, unos gritos de mujer llegaron hasta sus oídos. Ardax, pasmado, dejo su trabajo y cogiendo su arco y las flechas, que manejaba con gran destreza fruto de la práctica, se dirigió tras las rocas de las que provenían las desesperadas llamadas de auxilio.

Dos hombres sujetaban a una mujer, mientras otros dos al pie de una pequeña nave se reían de sus inútiles esfuerzos por liberarse. Aprestado su arco, disparo rápidamente, y cuatro flechas buscaron raudas su blanco con el resultado de cuatro cuerpos yacentes.

La mujer, joven y muy hermosa, dijo llamarse Luleen de Grord, y gracias a su intento de asesinato por los cuatro desalmados a sueldo, pudo al fin Alan, a bordo de la pequeña nave, abandonar junto con el robot Iako y en compañía de la chica, el desolado planeta y su destierro perpetuo, para redimir su buen nombre y reparar las injustas acusaciones vertidas sobre su persona.

Comentario:Una historia correcta, pero nada extraordinaria, con un claro estilo de space opera. Tiene dos partes claramente diferenciadas. La primera se desarrolla en el planeta desierto y se nota inspirada en la clásica historia de Robinson Crusoe. La segunda parte, tras la vuelta a la civilización, refleja las aventuras de Alan Cardax, ayudado por su inseparable robot Iako, y la hermosa Luleen, para luchar contra los enemigos de ambos.

Valoración:
*****

Ficha:
Colección: La Conquista del Espacio - Número: 211
Autor texto: Clark Carrados
Autor cubierta: Antonio Bernal
Editorial: Bruguera - Año edición: 1974
Género: Ciencia Ficción

Formato: 15x10,5 cmts - Nº páginas: 96 pgs
Precio original: 15 ptas

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